La ola LGTBQ+

Comienzo dejando claro que no trato a las personas que presentan un caso de disforia de género o de transexualidad como enfermas o desviadas.

Teniendo esto en cuenta, creo que el centro de la cuestión no reside en los supuestos problemas que se puedan generar a la hora de que ciertas personas decidan cambiarse de género. Porque a mí y a la gran mayoría de individuos no nos importa lo que haga o deje de hacer una persona, a menos que eso llegue a afectar de una forma objetiva y material a nuestra vida.

El problema lo encontramos al ver que una ideología que impera y dicta incluso sobre la ciencia misma, nos está obligando a cada uno de nosotros a compartir su falsa realidad. Si eres una persona que opina que el proceso de cambio de género debe ser supervisado por un profesional sanitario, para evitar que el paciente pueda estar confundiendo su autodiagnóstico con cualquier otra patología psíquica, como puede ser la crisis de identidad; ya eres un tránsfobo.

Al fin y al cabo este cambio es una transformación de tu aspecto exterior, el cambio de género no supone un cambio sustancial en tu ser. A lo que me quiero referir con esto es que el primer paso de una persona transexual debe ser el tener claro que nunca va a dejar de ser lo que ya es, y esto parece que hay que aclararlo porque todas las personas que nos pueden llegar a rodear piensan que no, que esto no es así.

No logro entender cómo se les complica tanto aceptarlo, pero me parece tan simple ser consciente de que la realidad sustancial en estos casos es imposible cambiarla, es como hacerle considerar a un negro que es blanco, como hacerle creer a un chino que tiene rasgos occidentales. No perdone, usted puede estar viviendo en un barrio de personas blancas, puede encontrarse en un puesto de trabajo en la que la gran mayoría son personas blancas, pero no por ello va a dejar de ser negro; puede que esté viviendo en un pueblo de Albacete, rodeado de personas que llevan viviendo allí desde la colonización de América, puede que te guste cosechar y cuidar al ganado, eres español, sí porque has nacido aquí o tiene el pasaporte y conoce la lengua, pero sustancialmente tus raíces y tus rasgos, son orientales.

Parece que al yo compartir esas afirmaciones, ya se fueran a provocar una oleada de opresiones, unas coartaciones de la libertad o de encarcelamientos a aquellas personas que sufran de esos casos.

Pero todos sabemos que esto no funciona así, aceptar la realidad y trabajar desde ella es como construir un edificio cimentado en hormigón, la base cuesta crearla, pero es firme y dura. Al contrario que cimentar sobre arena, es fácil obtenerla, pero es menuda e inestable. En este caso, la realidad sería que un edificio no se puede construir sobre arena, pero sí sobre cemento. Parece algo para obviar, entonces, ¿por qué cuesta tanto aceptar que un hombre nunca llegará a ser una mujer de manera meramente biológica? Y es más ¿Por qué nos obligan a aceptarlo?

La creencia de la autodeterminación libre sin control, puede llegar a generar muchos más problemas tanto psicológicos como sociales de los que habría si se pusiesen al menos algunos controles sanitarios.